El presidente Chávez fue declarado fallecido el martes 5 de marzo a las 4:45 de la tarde en e, Militar de Caracas, y aunque este viernes arrancaron oficialmente las honras fúnebres del Jefe de Estado en Militar de Venezuela, su sucesor, Nicolás Maduro aún no ha presentado un parte médico detallado de la enfermedad y del tratamiento que recibió en Cuba.
Lo evidente es que aún después de muerto, la salud de Hugo Chávez se sigue manejando como un secreto de estado.
Lo único que se ha sabido de fuentes oficiales, a parte del escueto comunicado del Vicepresidente Maduro sobre la muerte del líder, fue el del jefe de la guardia presidencial, general José Ornella, quien afirmó que Chávez murió a causa de un “infarto que le dio fulminante”.
“Sufrió bastante. Nosotros que estábamos al lado… sufrió mucho esa enfermedad”, dijo Ornella, y agregó “Y bueno, la historia la escribiremos y algún día alguien escribirá y algún día el médico escribirá”.
Se sabe que el presidente venezolano murió tras casi dos años batallando contra el cáncer. Que fue tratado en Cuba y sometido a cuatro operaciones. Que al final de la última tuvo una infección respiratoria que aún el lunes pasado, más de dos meses después de haber pasado por el quirófano, no había cedido sino más bien empeorado, como reconoció el ministro de Información, Ernesto Villegas.
Muchos venezolanos esperan conocer esa historia que está por escribirse, según el general Ornella.
Desde el ejecutivo se asegura que se presentaron oportunamente lo que definen como partes médicos, pese a que las informaciones escuetas y aisladas que ofrecieron los portavoces oficiales no llenan los mínimos suficientes como para considerarse información médica.
Incluso se acusó a la oposición, y en general a las voces que pedían datos más precisos, de tener una actitud morbosa, de querer regodearse en el padecimiento del convaleciente mandatario.
El “último sacrificio” Lo notable en Venezuela es que los que han querido saber lo más posible de la salud presidencial no han sido los seguidores de Chávez, que hacen fervorosa legión, sino la oposición que tanto quiso verlo dejar el poder.
Entre los asistentes a la procesión que acompañó los restos de Chávez desde el Hospital Militar a la capilla ardiente en la Academia Militar no parecía revestir demasiada importancia los pormenores de la enfermedad que finalmente se llevó a su líder.
En general, para muchos de los seguidores del fallecido presidente, este se “inmoló” en un último gesto de amor por su pueblo.
Nadie se cuestiona si el tratamiento recibido en Cuba fue el adecuado, como han sugerido algunos desde la oposición, o si el mismo Chávez no ayudó en su recuperación al no bajar el ritmo de trabajo e incluso buscando la reelección.
Pero, en el mismo funeral otros chavistas pedían airadamente que se aclare lo que consideran un “asesinato”, la tesis del cáncer inducido que expresó a principios de la semana el ahora presidente encargado Nicolás Maduro.