El material, a simple vista, recuerda al poliestireno expandido o corcho blanco. Sin embargo, se trata de una espuma de poliuretano termoplástico especialmente desarrollada por Basf con la amortiguación en mente.
La espuma sujeta la suela de la zapatilla y está formada por microgránulos que reaccionan de manera expansiva ‘explotando’ al ser presionadas. Según los ingenieros de Adidas, eso hace que el calzado devuelva mucho más impulso que otros materiales, aunque no creemos que permita hacer cosas parecidas a las de John Carter en Marte.
Las primeras zapatillas con Energy Boost estarán disponibles en tiendas el próximo 27 de febrero. No estaría mal que también comenzasen a incluir conexiones para medir el esfuerzo con nuestros gadgets favoritos. Aunque en ingeniería de materiales vamos muy bien, el mundo del calzado aún tiene pendiente la asignatura de electrónica.
0 comentarios:
Publicar un comentario