Juan Román Riquelme, el habilidoso volante que usa la célebre camiseta número 10 que alguna vez vistió el estelar Diego Maradona, es la figura principal de Boca Juniors, con actuaciones que llevaron al club auriazul a la conquista del Torneo Apertura-2011 del fútbol argentino.
A los 33 años, quince temporadas después de su debut en primera, y a despecho de una rebelde lesión crónica en la planta del pie derecho, Riquelme volvió a exhibir su clase y talento para manejar los hilos del equipo con habilidad, virtudes que lo convirtieron en un ídolo histórico de Boca.
Su puesto natural es el de ‘enganche’ o enlace, una posición tradicional en otros tiempos, pero dejada de lado por muchos equipos en la actualidad, por lo cual se lo considera uno de los últimos exponentes de un estilo basado en la jerarquía y la capacidad para entender como pocos los momentos de un partido.
Dueño de un manejo exquisito del balón y una pegada formidable, eligió focalizarse en Boca hace dos años, cuando una discusión mediática con Diego Maradona, por entonces director técnico de la selección nacional, derivó en su renuncia a seguir jugando en el representativo argentino.
Surgido de las divisiones menores de Argentinos Juniors, club del que también surgió Maradona, Riquelme llegó a Boca como parte de un grupo de juveniles adquiridos por pedido de Carlos Bilardo, entrenador ‘xeneize’ en 1996.
Fue precisamente Bilardo quien lo hizo debutar en la primera división en noviembre de 1996, y apenas tardó un par de semanas en marcar su primer gol, en una goleada 6-0 sobre Huracán.
Sin embargo, durante un buen tiempo quedaría relegado, ya que el titular era Maradona, a quien reemplazó en el segundo tiempo de un clásico contra River, el 25 de octubre de 1997, encuentro que quedaría en la historia precisamente porque fue el último partido profesional del célebre ‘Pelusa’.
De manera imperceptible pareció realizarse en ese momento el cambio de mando, aunque Riquelme recién comenzaría a ganar protagonismo cuando fue tenido en cuenta por Carlos Bianchi, que asumió el mando de Boca a mediados de 1998 y llevaría a los auriazules a múltiples conquistas, en un ciclo legendario.
Riquelme fue decisivo en muchos de esos triunfos, pero una serie de discusiones con los dirigentes forzaron su venta al español FC Barcelona, donde no le fue bien, ya que no fue bien considerado por los entrenadores Louis van Gaal y Radomir Antic.
Finalmente, fue traspasado a Villarreal, en el que se reencontraría con su mejor forma, a tal punto que catapultó al club de Castellón al tercer puesto de la liga española, con el uruguayo Diego Forlán como compañero, además de trepar hasta las semifinales de la Liga de Campeones de Europa en 2006.
Tras participar del Mundial de Alemania-2006, tuvo un conflicto con el entrenador de Villarreal, el chileno Manuel Pellegrini, quien lo marginó del plantel, y encontró la salida en un regreso temporal a Boca.
Su segunda etapa entre los auriazules significó un renacimiento, ya que descolló en un nivel altísimo para obtener la Copa Libertadores-2007, aunque al cabo de seis meses debió regresar a Villarreal, donde no tenía lugar.
Pero Boca volvió a la carga, y a fines de 2007, en una transferencia histórica para el modesto mercado argentino, invirtió 15 millones de dólares para conseguir la ficha de Riquelme.
Su temperamento y personalidad lo convirtieron en un referente de cualquier plantel en el que estuvo, pero al mismo tiempo, también protagonizó polémicas internas, como el distanciamiento con Martín Palermo, otro ídolo de Boca con el que la relación fue muy tirante en los últimos años.
El palmarés de Riquelme totaliza 10 títulos de Boca, incluidas tres copas Libertadores y una Intercontinental (2000), mientras que con la selección argentina obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, además de ser campeón mundial Sub-20 en Malasia-1997.
AFP
0 comentarios:
Publicar un comentario